domingo, 21 de octubre de 2012

¿Cómo puedes controlar el estrés?


¿Cómo puedo controlar el estrés?

CONTROLAR el estrés es como transportar un gran contenedor. Un camión puede llevarlo fácilmente por todo el país. Pero un automóvil no; bastaría con una distancia corta para arruinar el motor. Lo mismo podría ocurrirle a tu “motor” si estas demasiado agobiado.
¿Te sientes así? No te preocupes; hay remedio. Para no acabar quemado tienes dos opciones: aligerar la carga o conseguir un “motor” más potente. Bueno, en realidad puedes hacer las dos cosas. Veamos cómo.



Aligera la carga

EL PROBLEMA: Tener un horario demasiado apretado.
Es posible que a veces cuando más cosas tienes por hacer, no tengas tiempo para hacer más cosas, y el hecho de que te pidan un favor o que tengas que hacer algo que requiera tu presencia, te sentirás presionado porque no quieras hacer sentir mal a quien te haya pedido el favor, llegara un momento en que te sientas presionado por el simple hecho de no hacer sentir mal a los demás.
LA SOLUCION: Aprende a decir no.
Hay un proverbio que dice: “La sabiduría esta con los modestos”. El que es modesto acepta sus limitaciones. La modestia te dará fuerzas para decir no cuando la carga sea demasiado pesada para ti.
Por supuesto, no siempre podrás decir que no; por ejemplo cuando tus padres te pidan que colabores con las tareas de la casa. Pero si dejas que todo el mundo te dé trabajo, llegara el momento en que no des más. Recuerda que hasta los camiones más grandes tienen un límite de carga.
Sugerencia: Cuando te sientas presionado a decir que sí, prueba con algo como: “Déjame pensarlo”. Así podrás analizar con calma si realmente tienes el tiempo y las energías para hacer lo que te piden. 

EL PROBLEMA: Dejar las cosas para más adelante.
Quizá, si tengas alguna tarea que te pueda parecer difícil, la dejes para otro momento, para “ultima hora”, pero sabiendo que tienes pendiente eso, estarás intranquilo. Ya cuando por fin has empezado hacerlo, lo haces a la carrera, y eso puede llegar a estresarte.
LA SOLUCION: Empieza ya, aunque no acabes enseguida.
Realizar una tarea difícil ya es complicado de por sí. ¿Por qué complicarla todavía más dejándola para después? Lo único que conseguirás es prolongar la agonía
Mantén ordenado tu cuarto. Si por la mañana tienes que abrirte camino entre el caos para encontrar los útiles o ropa limpia, tu nivel de estrés se disparara. Para empezar mejor el día, dedica cinco minutos la noche anterior para ordenar tus cosas.
Un buen incentivo puede ser una lista de tareas pendientes. Divide las más grandes en varias pequeñas.  Escribe primero, siempre que puedas las cosas que menos te gustan. A medida  las vas tachando, se va hará todo más fácil.
Sugerencia: Si te cuesta mucho empezar una tarea, algo que te puede ayudar es programar una alarma para que suene en diez o quince minutos y arrancar de inmediato. Cuando suene la alarma, ya le abras dedicado a la tarea diez o quince minutos. Ahora que ya has empezado, te será más fácil terminar.

Consigue un “motor” más potente. 
  • Cuida tu salud. Los expertos concuerdan en que las personas más productivas son las que se alimentan bien, hacen ejercicio regularmente y duermen lo suficiente. No te preocupes; cuidar tu salud no es tan complicado. Basta con unas cuantas ideas para comenzar. Hablemos, por ejemplo, del sueño. Intenta lo siguiente:
  1. Duerme lo suficiente. Acuéstate y levántate siempre a la misma hora, al menos entre semana.
  2. Relájate antes de dormir. Tres horas antes de irte a la cama ya no hagas ejercicio. Por la noche, evita las comidas pesadas y la cafeína.
  3. Intenta que tu cuarto este oscuro y tranquilo.
  • Pide ayuda. Pídeles ayuda a tus padres y amigos. ¿Realmente funciona? Claro. Los estudios demuestran que el apoyo emocional reduce el daño que el estrés ocasiona al corazón, los vasos sanguíneos y el sistema inmunitario.Cuando uno se siente angustiado, o estresado, un amigo puede animarte con una “buena palabra”. Y tal vez baste con eso para salir adelante.

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